La Federación desoye al Gobierno y no pretende adelantar las elecciones
Luis Rubiales ya es historia de la Federación Española de Fútbol. El que era presidente decidió dimitir el domingo, lo que lleva al ente federativo a un nuevo escenario. La noche en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas no fue sencilla. Tocó sentarse, hablar, tomar decisiones y trazar un plan. Un plan que no pasará por seguir los deseos del Gobierno, que quiere que la RFEF convoque elecciones en la menor brevedad posible. En estos momentos, esto está totalmente descartado y desde el máximo organismo futbolístico español pretenden que sea Pedro Rocha el presidente hasta después de los Juegos Olímpicos. La Ley del Deporte ampara esta decisión del ente federativo.
El siguiente paso, que se llevará a cabo el lunes 11 de septiembre, para que el estadio Nuevo Los Cármenes haya un presidente durante la celebración del España-Chipre, será constituir la Gestora. Andreu Camps, secretario general, será el encargado de activarla. Desde este momento, la Junta Directiva pasa a ser Junta Gestora y Pedro Rocha a ser presidente de la misma.
El siguiente punto llegará la próxima semana, cuando Pedro Rocha convoque a la asamblea actual, formada los 140 miembros. En esa Asamblea Extraordinaria se elegirá al nuevo presidente que tiene que salir de esos 140 miembros. Se espera que sea uno de consenso y, por lo tanto, Pedro Rocha, es la opción más estable. No obstante, no se puede descartar que se presente otros.
Desde la Federación prefieren que el elegido sea Pedro Rocha. Es la opción mejor vista desde el ente federativo para que no sea un periodo tan traumático. Tiene buenas relaciones con Víctor Francos, presidente del CSD, y podría seguir colaborando de forma activa con la candidatura del Mundial 2030, objetivo principal de la RFEF en estos momentos.
La maquinaria electoral
Una vez se han cumplido estos dos pasos, se activará la maquinaria electoral. Las elecciones para elegir a la nueva asamblea, de donde saldrá un nuevo presidente, se celebraría a partir del mes de septiembre, después de los Juegos Olímpicos, tal y como marcan los estatutos y la propia Ley del Deporte.
Hay que dejar claro, que el deseo del Gobierno tampoco es factible porque para hacer elecciones de forma inmediata hay que renovar a toda la Asamblea, un proceso que no parece complicado que finalice en enero. Además, salvo Cataluña, Galicia y Valencia, el resto de las territoriales tiene que hacer sus propias elecciones en 2024, por lo que nos podríamos encontrar ante el escenario de que un miembro de la asamblea de la Federación ya no sea el presidente de su territorial. Es por ello que esta opción, además de saltarse muchos pasos lógicos, podría dejar al organismo sumido en una completa situación de ingobernabilidad.
Con todo esto, el deseo del CSD y, por lo tanto, del Gobierno, ha sido rechazado por una Federación Española de Fútbol que quiere mantener su independencia y no ser un organismo intervenido por fuerzas externas. En Las Rozas no se plantean pedir el adelanto electoral, aunque saben que de hacerlo sería concedido.